Conceptualmente hablando, el acoso sexual laboral define un tipo de violencia de género que ocurre en el trabajo, donde una persona se siente humillada u ofendida por conductas sexuales no deseadas. Esto incluye comentarios ofensivos, contacto físico no consentido, propuestas sexuales o una combinación de estas. Las víctimas pueden sufrir problemas de salud mental y física, y las organizaciones que no toman medidas pueden enfrentar problemas de productividad y legales. Si eres víctima, debes presentar una queja ante el empleador y denunciar el hecho ante la Fiscalía General o la inspección laboral para que se investigue y se tomen las acciones correspondientes.
El acoso puede incluir "acoso sexual" o avances sexuales indeseados, solicitudes de favores sexuales y otro tipo de acoso verbal o físico de naturaleza sexual.
¿Qué es el acoso sexual laboral?
Es una forma de violencia que busca humillar, ofender o intimidar a una persona con comportamientos o propuestas sexuales no deseadas ni mucho menos consensuadas por por la víctima.
Se da en un contexto laboral, entre compañeros de trabajo o con personas que comparten un espacio laboral.
Definitiva constituye una transgresión a los derechos humanos, ya que niega el derecho a trabajar en un ambiente digno, seguro e igualitario.
Cabe destacar que cuando hablamos de acoso sexual, no queda limitado específicamente al ámbito laboral. es decir, se puede manifestar en cualquier escenario, llámese vecindario, gimnasio, universidad incluso en el mismísimo nido familiar. Por tanto, hablamos de un problema grave y muy complejo, que urge contar con la información necesaria para saber cómo proceder.
Manifestaciones del acoso sexual laboral
Puede presentarse de diversas formas:
Contacto o comportamiento sexual no deseado o no consensuado: Incluye contacto físico, roces o tocamientos sin consentimiento, acercamientos, pellizcos, besos deliberados no deseados.
Exhibicionismo inmoral: Esto incluye: (1) Tocamientos de genitales masculinos delante de la chica con propósitos sugestivos. (2) Exhibir material de índole sexual no consentido por la persona que lo recibe, ya sea a través de redes sociales o plataformas institucionales.
Comentarios o chistes de carácter sexual: Bromas, piropos o comentarios sobre el cuerpo o la vida sexual. También incluye este ítem, usar o emplear expresiones de carácter sexual no consentidas en conversaciones o reuniones personales, presenciales o virtuales. Eviar mensajes o imágenes de connotación sexual o participar en acoso o coerción sexualizada a través de plataformas digitales sin el consentimiento de quien las recibe.
Extorsión económica: Ofrecer recompensas o beneficios a cambio de favores sexuales o amenazar con consecuencias negativas ante la negación de dicha coerción, ya sea explícita o tácitamente. Puede incluso derivar en amenazas a posible despido si no accede a propuestas sexuales.
Propuestas sexuales: Invitaciones insistentes a salir o solicitudes de naturaleza sexual.
Mensajes no solicitados: Correos, cartas o mensajes de texto con contenido sexual o invitaciones indeseadas.
Conductas discriminatorias: Excluir o aislar a alguien por su género, o usar lenguaje discriminatorio.
Miramientos indecentes: Incluye miradas morbosas cuando la víctima camina por la oficina, hasta niveles más obcenos, como miramientos a sus partes íntimas y pechos.
En general: Completa este listing, cualquier requerimiento de carácter sexual no consentido por la persona que los recibe, y que no esté incluído (obviamente, puede haber otras manifestaciones).
Consecuencias
Para la víctima: Ansiedad, miedo, depresión, insomnio, pérdida de autoconfianza y de su rendimiento laboral.
Para la organización: Disminución del rendimiento, ausentismo, tensión en el ambiente de trabajo, pérdida de personal competente y deterioro de su imagen.
Enfoque de la neurociencia
Las "bases neurológicas" del acoso sexual laboral se refieren a cómo estas conductas afectan el cerebro y la salud mental de la víctima, provocando respuestas de estrés, miedo y trauma. Estas consecuencias neurobiológicas incluyen cambios en la función cerebral, como la sobreactivación de la amígdala (centro del miedo) y la alteración del hipocampo (memoria) y la corteza prefrontal (razonamiento), que pueden manifestarse en síntomas de ansiedad, depresión, estrés postraumático, insomnio y problemas de concentración, deteriorando la salud general y el desempeño laboral.
Cómo se produce la afectación neurológica
Respuesta de estrés y trauma: El acoso sexual es una forma de violencia que puede activar la respuesta de "lucha o huida" del cerebro de manera constante, ya que el acoso se percibe como una amenaza a la seguridad física y psicológica.
Sobreactivación de la amígdala: Esta parte del cerebro, responsable de procesar el miedo, puede volverse hiperactiva, llevando a un estado constante de alerta y ansiedad.
Alteración del hipocampo y la corteza prefrontal: Estas áreas, cruciales para la memoria y la toma de decisiones, pueden verse afectadas por el estrés crónico, dificultando el recuerdo, la concentración y el razonamiento.
Neuroplasticidad negativa: La exposición repetida a eventos traumáticos puede modificar las vías neuronales, haciendo que el cerebro se adapte a vivir en un estado de miedo y vulnerabilidad.
Manifestaciones y consecuencias
A nivel psicológico: Se manifiestan síntomas de ansiedad, depresión, pérdida de autoestima, humillación, y puede llevar a trastornos de estrés postraumático (TEPT).
Síntomas físicos: Pueden aparecer problemas psicosomáticos como fatiga, insomnio, pesadillas, jaquecas y problemas digestivos, todos ellos relacionados con el estrés crónico.
Cambios en el comportamiento: La víctima puede aislarse socialmente, perder confianza en sí misma y en los demás, y mostrar desmotivación.
En resumen, el acoso sexual laboral no solo es un problema ético y legal, sino que también tiene bases neurológicas que explican los profundos y duraderos efectos negativos en la salud y el bienestar de los trabajadores.
¿Qué hacer si eres víctima de acoso sexual laboral?
1. Presenta una queja: Inicia una queja formal ante tu empleador o la instancia designada en el reglamento interno de tu empresa.
2. Aporta detalles: En tu queja, proporciona la mayor cantidad de detalles posible sobre el suceso (tiempo, lugar y modo).
3. Denuncia ante las autoridades: Si la queja no se tramita adecuadamente o deseas iniciar una acción judicial, acude a la Fiscalía General (o ministerio público) para presentar una denuncia.
4. Busca asesoría legal: Puedes recibir asesoría y representación legal gratuita de organizaciones como la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET) en México, si es tu caso.
En caso de acoso sexual dónde puede denunciarlo
Para denunciar el acoso sexual, puedes acudir a la Policía Nacional, la Fiscalía, la Personería o la Defensoría del Pueblo de tu municipio, que te orientarán y brindarán atención. Si el acoso ocurre en el ámbito laboral, también puedes denunciarlo ante Recursos Humanos de tu empresa o la Inspección del Trabajo, y puedes buscar asesoría legal con un abogado laboral.
Opciones para denunciar el acoso sexual
Autoridades policiales y judiciales
Policía Nacional: Puedes acudir directamente a la Policía de tu barrio o a una estación de policía para presentar la denuncia.
Fiscalía General de la Nación: Es la entidad encargada de investigar los delitos. Puedes presentar tu denuncia en sus oficinas, a través de los Centros de Atención a Víctimas de Agresión Sexual (CAIVAS), o en las Unidades de Reacción Inmediata (URI).
Comisarías de Familia: Son instituciones municipales que reciben denuncias y pueden iniciar los trámites para proteger a las víctimas.
Entidades de atención y asesoría
Personerías y Defensorías del Pueblo: Estas entidades te ofrecerán información y asesoría legal sobre cómo presentar tu denuncia y te guiarán en el proceso.
Consultorios Jurídicos: Puedes acudir a los consultorios jurídicos de las universidades de tu municipio para recibir asesoría legal gratuita.
En el ámbito laboral
Recursos Humanos: Si el acoso ocurre en tu trabajo, es recomendable presentarlo por escrito a la persona encargada de Recursos Humanos o a tu supervisor.
Inspectoría del Trabajo: Esta entidad puede recibir tu denuncia y ordenar una investigación interna en la empresa o realizarla por su cuenta.
Abogado laboral: Un abogado especializado en derecho laboral puede ofrecerte asesoría legal y representarte en tu caso.
Y para finalizar, también conviene citar que el acoso sexual puede sucederle a cualquiera, independientemente del género del acosador o de la persona acosada, en términos menos elegantes, también hombres pueden ser víctimas de acoso sexual laboral, que aunque menos frecuente y menos evidente, no significa su falta de ocurrencia. En este caso, el estigma social, el machismo y la burla, hacen que estos casos tengan menos visibilidad legal por el silencio de los afectados.
Los empleados, pasantes, trabajadores temporales, y visitantes a lugares públicos están protegidos por las leyes de acoso sexual. Cualquier persona en un lugar de trabajo podría ser un acosador sexual, desde supervisores y compañeros de trabajo hasta vendedores y visitantes.


