Hace unos cuantos años tuve la oportunidad de leer un artículo en donde se presentaba un resumen de fallas que tenían paralizado el normal desarrollo de operaciones de cierta Organización Pública. Muchas incertidumbres, provocaban imprecisiones e inexactitudes en las medidas aplicadas, con pérdidas de valiosos recursos de tiempo y de finanzas. Había que identificar esas interrogantes administrativas y operativas lo antes posible. Por tanto, la idea era ubicar las causas de ese mal funcionamiento, para tomar inmediatamente las medidas correctivas necesarias, que nunca se tomaron, por causa de trámites de burocracia pública y cambios permanentes de supervisores por personal de confianza del Alto Gobierno Regional, que siempre serán la enfermedad de las empresas públicas, donde el clientelismo político convierte a tales empresas, en sinónimos de "empresas ineficientes", y en algunos casos "empresas inoperantes" que llegan a la quiebra total.
Recuerdo una de las causas mencionadas en dicho informe, y que hasta el sol de hoy la he visto con tal frecuencia en todo tipo de empresas, que podría decir que es el cáncer de las Organizaciones. Si mal no recuerdo, ese informe llamaba a ese problema: "La falta de internalidad", y, la experiencia en mis sitios de trabajo me aportará los argumentos para explicarlo en la forma más didáctica que me sea posible, a través del desarrollo de los párrafos subsiguientes.
Recuerdo una de las causas mencionadas en dicho informe, y que hasta el sol de hoy la he visto con tal frecuencia en todo tipo de empresas, que podría decir que es el cáncer de las Organizaciones. Si mal no recuerdo, ese informe llamaba a ese problema: "La falta de internalidad", y, la experiencia en mis sitios de trabajo me aportará los argumentos para explicarlo en la forma más didáctica que me sea posible, a través del desarrollo de los párrafos subsiguientes.