Hace unos cuantos años tuve la oportunidad de leer un artículo en donde se presentaba un resumen de fallas que tenían paralizado el normal desarrollo de operaciones de cierta Organización Pública. Muchas incertidumbres, provocaban imprecisiones e inexactitudes en las medidas aplicadas, con pérdidas de valiosos recursos de tiempo y de finanzas. Había que identificar esas interrogantes administrativas y operativas lo antes posible. Por tanto, la idea era ubicar las causas de ese mal funcionamiento, para tomar inmediatamente las medidas correctivas necesarias, que nunca se tomaron, por causa de trámites de burocracia pública y cambios permanentes de supervisores por personal de confianza del Alto Gobierno Regional, que siempre serán la enfermedad de las empresas públicas, donde el clientelismo político convierte a tales empresas, en sinónimos de "empresas ineficientes", y en algunos casos "empresas inoperantes" que llegan a la quiebra total.
Recuerdo una de las causas mencionadas en dicho informe, y que hasta el sol de hoy la he visto con tal frecuencia en todo tipo de empresas, que podría decir que es el cáncer de las Organizaciones. Si mal no recuerdo, ese informe llamaba a ese problema: "La falta de internalidad", y, la experiencia en mis sitios de trabajo me aportará los argumentos para explicarlo en la forma más didáctica que me sea posible, a través del desarrollo de los párrafos subsiguientes.
La falta de internalidad se refiere a la conducta en las personas a no ver en ellas ninguna responsabilidad en las cosas que tienen que hacerse, sino que piensa que es responsabilidad de los demás. Lo crítico, es que los demás piensan lo mismo. La consecuencia es que las cosas terminan no haciéndose, o haciéndose mal, porque nadie quiere asumir responsabilidades.
Y tal como lo ilustra la figura anexa, en un ambiente así, se da cabida a otras actitudes no menos nocivas. Es el caso de las mútuas acusaciones por lo que no se hace. Cada quien señala a otro como responsable, y así se convierte en un círculo vicioso de inoperancia, donde lo único efectivo es la capacidad para señalar al otro. A continuación expongo un video que caricaturiza perfectamente lo expresado; veánlo:
De verdad, verdad, verdad, que es impresionantemente real el drama de inoperancia expuesto en el video, como resultado de la falta de internalidad de cada empleado.
Creo que es suficiente lo allí ilustrado, pero quiero agregar una metáfora más: creo que los empleados con síndrome de "falta de internalidad" deberían aprender de las hormiguitas. ¿Cómo así?.
Pues sucede que desde mi infancia, he sentido admiración por ese "instinto" de cooperación que prevalece entre las hormigas. Sin tener las facultades del admirable raciocinio humano, en cambio, tienen ese instinto de unirse todas para aprovisionar su hormiguero. Haciendo ejercicio de relax argumentativo, no me imagino a ninguna hormiga diciendo: ¡Que lo hagan las otras, porque eso no me corresponde a mí!, porque si eso ocurriera, simplemente no podrían subsistir, y, en empresas donde no prevalece el sentido de cooperación de hormiguitas, ¡simplemente no pueden subsistir!.
Pero, si retomamos el video suministrado vemos que ese síndrome de "falta de internalidad" es tan grave, que aún cuando tengas un desproporcional incendio en tu empresa, si crees que no es tu responsabilidad, dejas que se queme tu empresa. El video es elocuente cuando muestra "jefes" (?) tan afectados por ese síndrome, que se pelean y acusan entre sí, y el incendio en aumento. Es decir, están convencidos que si no les corresponde a ellos, "no harán absolutamente nada". ¡Que verguenza!, me gustaría tener una varita mágica y convertir en hormigas a empleados con esa forma de pensar, para que aprendan algo de esos insectos: el aprendizaje sería que cuando dejen de ser insectos, se ganarán el derecho de ser respetados como empleados dignos. Por supuesto, como no existen las varitas mágicas, pero si los cursos de capacitación y mejora profesional, hay que atacar este problema con capacitación adecuada.
La parte final del video expone un mensaje igualmente importante: cuando ¡ASUMES TU RESPONSABILIDAD!, es posible apagar el incendio (entiéndase metafóricamente al incendio como cualquier problema de la empresa). Asumir responsabilidad, significa interiorizar en mi manera de pensar y de actuar lo que me corresponde a mí hacer como integrante de una Organización; y quiero acotar que en la Organización llamada "hogar familiar" también ocurre la falta de internalidad, en hijos que no quieren "ni lavar el plato donde comen" porque no han "internalizado" esa tarea como una función personal, situación muy recurrente en muchos hogares.
El perrito del video también deja una moraleja: hay quienes quieren aportar soluciones al problema, pero por falta de toma de decisiones para atacar el problema, "dejan que se incendie la empresa".
La falta de internalidad, es primeramente un problema cultural-familiar, porque no sentimos responsabilidad ni siquiera en simples tareas domésticas, que queremos pasarla a los demás. Luego, es un problema de "egocentrismo administrativo", que hace pensar al supervisor que se está rebajando o que está perdiendo prestigio o autoridad, si atiende problemas de ESTRICTA EMERGENCIA que no le corresponden (Porque en una empresa organizada, cada cual tiene su función, y el pretender que otros la hagan por tí, so pretexto de colaboración, no es más que el reflejo de Ineficiencia). Por supuesto que debe partirse de la premisa de que se habla de empresas organizadas donde cada cual tiene definido su rol, y una colaboración no cae mal, pero, hay casos de empresas con notorio desorden organizativo, donde las funciones no están bien definidas y origina que se quiera recargar en unos el trabajo de otros, lo cual va a originar, no precisamente "falta de internalidad" sino un rechazo defensivo a ejecutar tareas ajenas a su descripción original de puesto previamente estipulada en el Manual de Funciones (si es que tal Manual existe, porque son MUCHÍSIMAS las empresas que operan sin esa herramienta vital de Organización). Es lamentable, pero es muy recurrente la situación de quien quiere no hacer su trabajo y recargarlo en otro: cuidado con querer etiquetar esta anomalía como "egocentrismo administrativo", porque ya no se habla de estrictas emergencias (como la del ejemplo el incendio) sino de tareas rutinarias que se pretenden omitir en su ejecutoria.
Es necesario promover un cambio, que debería empezar en la misma casa, lo cual debería resultar de la lectura de este post. Mientras ese cambio no se opere, no seremos más que indignos insectos, porque aún insectos tan diminutos como las hormigas, entienden el mensaje de la naturaleza que les lleva a unirse en beneficio de todo el colectivo. Aprender a trabajar como equipo de compañeros compactadamente unidos, motivados y entusiastas por lo que hacemos, es lo que hará que construyamos "una empresa exitosa" de nuestro sitio de trabajo. Pero insisto por enésima vez: Hay que internalizar en nuestra forma de pensar y de actuar, el proceder de unidad de equipos y propósitos.
Recuerdo una de las causas mencionadas en dicho informe, y que hasta el sol de hoy la he visto con tal frecuencia en todo tipo de empresas, que podría decir que es el cáncer de las Organizaciones. Si mal no recuerdo, ese informe llamaba a ese problema: "La falta de internalidad", y, la experiencia en mis sitios de trabajo me aportará los argumentos para explicarlo en la forma más didáctica que me sea posible, a través del desarrollo de los párrafos subsiguientes.
La falta de internalidad se refiere a la conducta en las personas a no ver en ellas ninguna responsabilidad en las cosas que tienen que hacerse, sino que piensa que es responsabilidad de los demás. Lo crítico, es que los demás piensan lo mismo. La consecuencia es que las cosas terminan no haciéndose, o haciéndose mal, porque nadie quiere asumir responsabilidades.
Y tal como lo ilustra la figura anexa, en un ambiente así, se da cabida a otras actitudes no menos nocivas. Es el caso de las mútuas acusaciones por lo que no se hace. Cada quien señala a otro como responsable, y así se convierte en un círculo vicioso de inoperancia, donde lo único efectivo es la capacidad para señalar al otro. A continuación expongo un video que caricaturiza perfectamente lo expresado; veánlo:
De verdad, verdad, verdad, que es impresionantemente real el drama de inoperancia expuesto en el video, como resultado de la falta de internalidad de cada empleado.
Creo que es suficiente lo allí ilustrado, pero quiero agregar una metáfora más: creo que los empleados con síndrome de "falta de internalidad" deberían aprender de las hormiguitas. ¿Cómo así?.
Pues sucede que desde mi infancia, he sentido admiración por ese "instinto" de cooperación que prevalece entre las hormigas. Sin tener las facultades del admirable raciocinio humano, en cambio, tienen ese instinto de unirse todas para aprovisionar su hormiguero. Haciendo ejercicio de relax argumentativo, no me imagino a ninguna hormiga diciendo: ¡Que lo hagan las otras, porque eso no me corresponde a mí!, porque si eso ocurriera, simplemente no podrían subsistir, y, en empresas donde no prevalece el sentido de cooperación de hormiguitas, ¡simplemente no pueden subsistir!.
Pero, si retomamos el video suministrado vemos que ese síndrome de "falta de internalidad" es tan grave, que aún cuando tengas un desproporcional incendio en tu empresa, si crees que no es tu responsabilidad, dejas que se queme tu empresa. El video es elocuente cuando muestra "jefes" (?) tan afectados por ese síndrome, que se pelean y acusan entre sí, y el incendio en aumento. Es decir, están convencidos que si no les corresponde a ellos, "no harán absolutamente nada". ¡Que verguenza!, me gustaría tener una varita mágica y convertir en hormigas a empleados con esa forma de pensar, para que aprendan algo de esos insectos: el aprendizaje sería que cuando dejen de ser insectos, se ganarán el derecho de ser respetados como empleados dignos. Por supuesto, como no existen las varitas mágicas, pero si los cursos de capacitación y mejora profesional, hay que atacar este problema con capacitación adecuada.
La parte final del video expone un mensaje igualmente importante: cuando ¡ASUMES TU RESPONSABILIDAD!, es posible apagar el incendio (entiéndase metafóricamente al incendio como cualquier problema de la empresa). Asumir responsabilidad, significa interiorizar en mi manera de pensar y de actuar lo que me corresponde a mí hacer como integrante de una Organización; y quiero acotar que en la Organización llamada "hogar familiar" también ocurre la falta de internalidad, en hijos que no quieren "ni lavar el plato donde comen" porque no han "internalizado" esa tarea como una función personal, situación muy recurrente en muchos hogares.
El perrito del video también deja una moraleja: hay quienes quieren aportar soluciones al problema, pero por falta de toma de decisiones para atacar el problema, "dejan que se incendie la empresa".
La falta de internalidad, es primeramente un problema cultural-familiar, porque no sentimos responsabilidad ni siquiera en simples tareas domésticas, que queremos pasarla a los demás. Luego, es un problema de "egocentrismo administrativo", que hace pensar al supervisor que se está rebajando o que está perdiendo prestigio o autoridad, si atiende problemas de ESTRICTA EMERGENCIA que no le corresponden (Porque en una empresa organizada, cada cual tiene su función, y el pretender que otros la hagan por tí, so pretexto de colaboración, no es más que el reflejo de Ineficiencia). Por supuesto que debe partirse de la premisa de que se habla de empresas organizadas donde cada cual tiene definido su rol, y una colaboración no cae mal, pero, hay casos de empresas con notorio desorden organizativo, donde las funciones no están bien definidas y origina que se quiera recargar en unos el trabajo de otros, lo cual va a originar, no precisamente "falta de internalidad" sino un rechazo defensivo a ejecutar tareas ajenas a su descripción original de puesto previamente estipulada en el Manual de Funciones (si es que tal Manual existe, porque son MUCHÍSIMAS las empresas que operan sin esa herramienta vital de Organización). Es lamentable, pero es muy recurrente la situación de quien quiere no hacer su trabajo y recargarlo en otro: cuidado con querer etiquetar esta anomalía como "egocentrismo administrativo", porque ya no se habla de estrictas emergencias (como la del ejemplo el incendio) sino de tareas rutinarias que se pretenden omitir en su ejecutoria.
Es necesario promover un cambio, que debería empezar en la misma casa, lo cual debería resultar de la lectura de este post. Mientras ese cambio no se opere, no seremos más que indignos insectos, porque aún insectos tan diminutos como las hormigas, entienden el mensaje de la naturaleza que les lleva a unirse en beneficio de todo el colectivo. Aprender a trabajar como equipo de compañeros compactadamente unidos, motivados y entusiastas por lo que hacemos, es lo que hará que construyamos "una empresa exitosa" de nuestro sitio de trabajo. Pero insisto por enésima vez: Hay que internalizar en nuestra forma de pensar y de actuar, el proceder de unidad de equipos y propósitos.