La faceta humana más interesante es la capacidad de cambio permanente. Cambios físicos, emocionales e intelectuales. Es así como vemos un interminable y admirable proceso de cambios desde la niñez, a la adolescencia, a la juventud y a la tercera edad. En ese proceso de cambios muchos factores se conjugan para producir un ser humano distinto, y entre esos factores se encuentra el factor laboral. Así como en el hogar y en la escuela se suscitan circunstancias para la formación del individuo, así también va a ocurrir con las circunstancias laborales en las que se ve inmerso un ser humano. ¿Cuánto pueden incidir los eventos del día a día de trabajo en una persona?.
Haciendo ejercicio de axiomatización, comienzo por decir que el ambiente de trabajo es ciertamente un importante elemento formador del individuo, y la capacidad de generar cambios individuales es tan determinante como los cambios originados en la escuela. Sin evaluar cuáles cambios son más importantes (porque además no es el objetivo de este post), lo que importa traer al análisis es el condicionamiento del ambiente laboral en el sujeto.
El cambio humano motivado por su inserción en el ambiente laboral, comienza incluso antes de ingresar a la empresa. Es el cambio relativo al proceso de formación profesional, que no sólo capacite a una persona con conocimientos y destrezas básicas, sino que se trata de un proceso de cambios que van a forjar una mentalidad competitiva para poder mantenerse en un mercado laboral muy exigente, que implicará cambios en la forma de vestir, de comportarse y hasta en la forma de hablar, de manera que la modesta ama de casa del fin de semana, presenta de lunes a viernes, una impecable imagen ejecutiva apropiada al sitio donde trabaja. Se entiende en el hecho que una persona una vez alcanzado su título de grado profesional, se ve casado con la necesidad de competir con otros individuos, por lo que necesita más estudios de post grado, aprendizaje de otros idiomas, mayor selectividad en ganar amistades influyentes que le sean posteriores mentores, participar en más cursos de especialización, etc. El cambio es una necesidad de saber más, de capacitarse más, de estar consciente que posee las herramientas individuales que lo hacen mejor que otros, incluso no sólo para ascender laboralmente, sino para aspirar a una pareja que espera más de nosotros.
El cambio laboral también va a afectar lo relativo a adquirir nuevos hábitos que incluso incidirán en la vida diaria extra-laboral. Quiero poner el ejemplo de la persona que es sometida a permanentes cursos de seguridad laboral cumpliendo exigencias que el Gobierno requiere a todas las empresas, y va a ocurrir que esos cursos de seguridad van a moldear ciertos hábitos de trabajo que el individuo inconscientemente también los va a llevar a su hogar. Ejemplo de lo dicho representa una persona que me comentaba que el tema de derrames de agua en el piso lo tenían maniático, porque en su empresa al ser sometido a cursos y posteriores exigencias de evitar charcos de agua derramada que provoquen potenciales accidentes, hacía que en su casa cualquier señal de agua en el piso encendía en él la alarma de secarlo, y esto era producto de cambios personales generados por cursos eficientes que lograron formar un individuo que esté siempre alerta a evitar accidentes.
Quizás el ejemplo más elocuente lo representan los militares, cuya personalidad rígida al orden y la disciplina la adquieren en el proceso formador de años en la milicia. Comentaba un vigilante que cumplió servicio militar, que él no toleraba una cama desarreglada, porque en el ejército ese era un punto tan crucial, que el oficial lanzaba una moneda sobre la cama la cual si no rebotaba, iba a significar que el recluta tenía que volver a vestir la cama.
Pero el condicionamiento también puede ser negativo. Conocí un amigo que laboró en un sitio donde los empleados eran tan negligentes con las funciones de trabajo y con el cumplimiento del horario de trabajo, que quedó condicionado a una actitud negligente que se expresaba en una apatía o una indiferencia a hacer las cosas. Como en su trabajo todo era dejado para después, sucedió que ese amigo adquirió ese pésimo hábito, e incluso se volvió impuntual en materia de horarios. En ese sitio tuvo que aprender que no podía ir contra la corriente porque se echaba todos los compañeros en su contra, debido a que el mismo dueño era también una persona negligente, de manera que pese a ser repulsivo hacia los chismes y las críticas, tenía que convivir a diario con compañeros de trabajo que en su ociosidad, usaban el tiempo de trabajo para criticar y chismear, trayendo por consecuencia, que en su hogar si escuchaba alguna crítica, se ponía molesto e irritable porque en el día a día laboral tenía que convivir con esa insana conducta que no aprobaba pero tenía que tolerar para poder trabajar allí. Hablo del resultado de una empresa donde si el dueño es negligente y amante de la chismografía, ese ambiente será el resultante de trabajo. El chisme no sólo es económicamente improductivo para una empresa, sino que además es nocivo para el desarrollo humano de los empleados, porque detrás de los chismes siempre vienen rencillas y divisiones.
Quiero poner ejemplos más sencillos aún de lo que representa el condicionamiento laboral. Es el caso de un amigo que llegó a trabajar en una Agencia de Colocaciones de desempleados, donde todos los documentos debían ser escritos con bolígrafos de tinta negra. Años después, y trabajando en otros sitios, no toleraba escribir con bolígrafos de tinta azul o rojo, incluso ese hábito le acompañó hasta en la familia, porque inculcó a los hijos la importancia de firmar todo con bolígrafo negro. Es que en el trabajo se aprenden muchas cosas, que luego nos acompañaran siempre, incluso fuera del trabajo.
El desarrollo humano en la empresa se da a través de fuentes como: (1) El ejemplo que adquiere de jefes u otros compañeros de trabajo; (2) participación en cursos de mejoramiento laboral y profesional financiados por la empresa; (3) interacción diaria con compañeros de trabajo; (4) interacción con clientes y proveedores con cierto nivel profesional; (3) aprendizaje continuo derivado de la ejecución de sus labores específicas de trabajo.
Se toma además al desarrollo humano de empleados y obreros, como uno de los valores organizacionales de cualquier empresa moderna. Incluso la Ley del Trabajo ya plantea la obligación social de las empresas respecto a sus empleados. Y un ambiente de trabajo donde realmente se ha incorporado al desarrollo humano como un valor organizacional, será un ambiente donde se pueda percibir un aire de armonía y alegría entre los empleados, por estar a gusto con su trabajo y con la empresa.Cada día es una oportunidad única para aprender algo nuevo. Y ciertamente esto ocurre por cualquier estímulo sensorial, sea visual (lectura), auditivo (conferencias y conversaciones), tactil (manejo de herramientas), etc. Es raro el día expirado que no deja algo nuevo que hemos aprendido.
Haciendo ejercicio de axiomatización, comienzo por decir que el ambiente de trabajo es ciertamente un importante elemento formador del individuo, y la capacidad de generar cambios individuales es tan determinante como los cambios originados en la escuela. Sin evaluar cuáles cambios son más importantes (porque además no es el objetivo de este post), lo que importa traer al análisis es el condicionamiento del ambiente laboral en el sujeto.
El cambio humano motivado por su inserción en el ambiente laboral, comienza incluso antes de ingresar a la empresa. Es el cambio relativo al proceso de formación profesional, que no sólo capacite a una persona con conocimientos y destrezas básicas, sino que se trata de un proceso de cambios que van a forjar una mentalidad competitiva para poder mantenerse en un mercado laboral muy exigente, que implicará cambios en la forma de vestir, de comportarse y hasta en la forma de hablar, de manera que la modesta ama de casa del fin de semana, presenta de lunes a viernes, una impecable imagen ejecutiva apropiada al sitio donde trabaja. Se entiende en el hecho que una persona una vez alcanzado su título de grado profesional, se ve casado con la necesidad de competir con otros individuos, por lo que necesita más estudios de post grado, aprendizaje de otros idiomas, mayor selectividad en ganar amistades influyentes que le sean posteriores mentores, participar en más cursos de especialización, etc. El cambio es una necesidad de saber más, de capacitarse más, de estar consciente que posee las herramientas individuales que lo hacen mejor que otros, incluso no sólo para ascender laboralmente, sino para aspirar a una pareja que espera más de nosotros.
El cambio laboral también va a afectar lo relativo a adquirir nuevos hábitos que incluso incidirán en la vida diaria extra-laboral. Quiero poner el ejemplo de la persona que es sometida a permanentes cursos de seguridad laboral cumpliendo exigencias que el Gobierno requiere a todas las empresas, y va a ocurrir que esos cursos de seguridad van a moldear ciertos hábitos de trabajo que el individuo inconscientemente también los va a llevar a su hogar. Ejemplo de lo dicho representa una persona que me comentaba que el tema de derrames de agua en el piso lo tenían maniático, porque en su empresa al ser sometido a cursos y posteriores exigencias de evitar charcos de agua derramada que provoquen potenciales accidentes, hacía que en su casa cualquier señal de agua en el piso encendía en él la alarma de secarlo, y esto era producto de cambios personales generados por cursos eficientes que lograron formar un individuo que esté siempre alerta a evitar accidentes.
Quizás el ejemplo más elocuente lo representan los militares, cuya personalidad rígida al orden y la disciplina la adquieren en el proceso formador de años en la milicia. Comentaba un vigilante que cumplió servicio militar, que él no toleraba una cama desarreglada, porque en el ejército ese era un punto tan crucial, que el oficial lanzaba una moneda sobre la cama la cual si no rebotaba, iba a significar que el recluta tenía que volver a vestir la cama.
Pero el condicionamiento también puede ser negativo. Conocí un amigo que laboró en un sitio donde los empleados eran tan negligentes con las funciones de trabajo y con el cumplimiento del horario de trabajo, que quedó condicionado a una actitud negligente que se expresaba en una apatía o una indiferencia a hacer las cosas. Como en su trabajo todo era dejado para después, sucedió que ese amigo adquirió ese pésimo hábito, e incluso se volvió impuntual en materia de horarios. En ese sitio tuvo que aprender que no podía ir contra la corriente porque se echaba todos los compañeros en su contra, debido a que el mismo dueño era también una persona negligente, de manera que pese a ser repulsivo hacia los chismes y las críticas, tenía que convivir a diario con compañeros de trabajo que en su ociosidad, usaban el tiempo de trabajo para criticar y chismear, trayendo por consecuencia, que en su hogar si escuchaba alguna crítica, se ponía molesto e irritable porque en el día a día laboral tenía que convivir con esa insana conducta que no aprobaba pero tenía que tolerar para poder trabajar allí. Hablo del resultado de una empresa donde si el dueño es negligente y amante de la chismografía, ese ambiente será el resultante de trabajo. El chisme no sólo es económicamente improductivo para una empresa, sino que además es nocivo para el desarrollo humano de los empleados, porque detrás de los chismes siempre vienen rencillas y divisiones.
Quiero poner ejemplos más sencillos aún de lo que representa el condicionamiento laboral. Es el caso de un amigo que llegó a trabajar en una Agencia de Colocaciones de desempleados, donde todos los documentos debían ser escritos con bolígrafos de tinta negra. Años después, y trabajando en otros sitios, no toleraba escribir con bolígrafos de tinta azul o rojo, incluso ese hábito le acompañó hasta en la familia, porque inculcó a los hijos la importancia de firmar todo con bolígrafo negro. Es que en el trabajo se aprenden muchas cosas, que luego nos acompañaran siempre, incluso fuera del trabajo.
El desarrollo humano en la empresa se da a través de fuentes como: (1) El ejemplo que adquiere de jefes u otros compañeros de trabajo; (2) participación en cursos de mejoramiento laboral y profesional financiados por la empresa; (3) interacción diaria con compañeros de trabajo; (4) interacción con clientes y proveedores con cierto nivel profesional; (3) aprendizaje continuo derivado de la ejecución de sus labores específicas de trabajo.
Se toma además al desarrollo humano de empleados y obreros, como uno de los valores organizacionales de cualquier empresa moderna. Incluso la Ley del Trabajo ya plantea la obligación social de las empresas respecto a sus empleados. Y un ambiente de trabajo donde realmente se ha incorporado al desarrollo humano como un valor organizacional, será un ambiente donde se pueda percibir un aire de armonía y alegría entre los empleados, por estar a gusto con su trabajo y con la empresa.Cada día es una oportunidad única para aprender algo nuevo. Y ciertamente esto ocurre por cualquier estímulo sensorial, sea visual (lectura), auditivo (conferencias y conversaciones), tactil (manejo de herramientas), etc. Es raro el día expirado que no deja algo nuevo que hemos aprendido.
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