La enseñanza en toda sociedad fundamentada en valores cristianos da una importancia privilegiada al Respeto, que se expresa en el respeto primeramente a Dios, y luego a las figuras de autoridad, llámese padres o patrones, a quienes seguimos ú obedecemos por su lugar prominente en el grupo social. De hecho, ahora entiendo que no es coincidencia que cuando era niño aprendiera a respetar a Dios o que me agradara ver la imagen de respeto que inspiraban las personas con rango de autoridad dentro de una empresa, lo cual apreciaba cuando visitaba la empresa privada donde laboró mi madre o luego adulto, cuando estaba en función de consumidor en cualquier supermercado o tienda por departamentos, y veía las instrucciones que recibían los subalternos de sus Superiores en Jerarquía. Luego vino la instrucción universitaria, donde se estudia el perfil de los gerentes y su rol tan importante dentro de una empresa. Eso me enseñó a sentir respeto por las personas investidas de Autoridad, e incluso, me dió pautas para un futuro no muy lejano donde yo pudiera estar representando tan magna responsabilidad, llegando a reconocer en la Autoridad un “Efecto Reflejo” ante los empleados el cual hay que conocer y cuidar. Por tanto, explicaré brevemente lo relativo al reflejo de la autoridad y luego las características de ese reflejo.
El reflejo de la autoridad lo veo muy bien expuesto en la imagen de Dios. Me explico: primeramente creo que la imagen de Dios en la tierra se refleja en los mares. Así como se refleja mi rostro en el agua, así se refleja el rostro de Dios en la inmensidad de los mares. Apoyo este post con ese razonamiento teológico, porque es muy humano, yo diría que es casi que un atributo divino, el moldeamiento de la conducta a una imagen superior. La Biblia dice que Dios nos creó a su imagen y semejanza, por lo que la teología cristiana rechaza como anticristiana toda manifestación de falta de amor, violencia, muerte, etc. Pues sucede, que a nivel empresarial se cumple también el axioma de lo que llamaría “imagen y semejanza de la gerencia”, de manera que tus subalternos serán la imagen y semejanza de lo que reflejes como imagen, y los valores de trabajo de tus gerentes serán lo que verás reflejado en las acciones cotidianas de tus empleados. Puedes creer en eso como verdad absoluta, porque desde temprana edad lo aprendí y lo ví en empresas exitosas.
Es que si frente a la belleza de un majestuoso lago tienes una majestuosa montaña, pues verás ilógico el reflejo de algo distinto a una montaña. Igualito sucede cuando hablamos del reflejo de tus empleados respecto a lo que transmites como Jefe. ¿Ves lo sencillo e importante de la comparación?.
Por otra parte, llegué a conocer famosos decálogos sobre lo que era un Buen Jefe, que eran lectura frecuente de esa época (décadas de 1970 y 1980) por el auge de la empresa petrolera en Venezuela, y por tanto, el auge y expansión del sector privado venezolano. ¿Se acuerdan de lo que dije respecto al moldeamiento de la conducta a una imagen superior?. Crecí con una imagen teológica de la autoridad, y con un refuerzo empírico de la autoridad basado en conceptos de alto nivel de empresas privadas eficientes, y que el resultado visto era que si había un buen gerente se podía esperar subalternos a la “imagen y semejanza” de dicho gerente, lo cual explica el por qué de la metáfora teológica esbozada en este post. Se aprende a respetar la Autoridad de Dios por lo que Dios representa, igual que se aprende a respetar la autoridad de los gerentes, por lo que ellos representan, o lo que “deben representar”, porque también existe el jefe mal ejemplo, y aquí paso a explicar las características del mal reflejo gerencial que lo oferté en mi introducción.
Comencemos, ¿conocen ustedes el decálogo del Jefe mal ejemplo?, porque ese decálogo resume las características de las que se van a derivar “conductas reflejo” en sus subalternos. Así como la imagen de Dios en la tierra se refleja en los mares, de igual manera se refleja en los empleados el efecto de gerentes no profesionales, lo cual creo que hace entender a este nivel de desarrollo expositivo, el por qué de la metáfora de Dios en la materia de Autoridad.
El decálogo de los gerentes deficientes o si deseas puedes llamarlos malos gerentes, lo voy a construir de lo que he apreciado en mi propia experiencia laboral, de manera que son apreciaciones empíricas muy personales mías con las que tú puedes diferir o que puedes mejorar, y es el siguiente:
__1. El mal Jefe da mal ejemplo. Esto se explica en su soberbia de pensar que por ser Jefe todas sus deficiencias de personalidad le serán exoneradas, lo cual es un error. Recuerda: no puedes ver reflejado en un lago a un majestuoso rascacielos si al frente tienes una majestuosa montaña, de manera, que si el Jefe es un pobre sujeto, no puede esperar una imagen distinta ante sus subalternos. De esta primera característica, se derivan y explican todas las demás, porque si aceptamos a la ética como el principio rector de todo comportamiento humano, no es de extrañar que el ejemplo personal de vida sea la premisa fundamental de tu autoridad como Jefe.
__2. El mal jefe es impuntual. Es que ese tipo de mal gerente piensa que si alguno de sus empleados llega tarde, con una reprimenda lo arregla todo, pero olvida que él les da el mal ejemplo. Y, al menospreciar la importancia del tiempo productivo y su despilfarro por impuntualidades, ya queda claro que es un inobjetable representante del mal gerente. La impuntualidad es el primer síndrome de desprecio a la confianza que la empresa deposita en sus empleados, y aunque no lo parece, es una falta muy grave: comparo los efectos de la impuntualidad con esa microscópica bacteria imperceptible a la vista humana, pero letal para el organismo humano.
__3. El jefe con falta de ética o de honestidad desdice de su responsabilidad ante la empresa. Esto aplica a Jefes anti-éticos que quieren sacar provechos (sexuales o de cualquier otra índole) de sus subalternos; o el caso súper nefasto de deshonestidad de Jefes ladrones, bien sea por desórdenes de personalidad o por vicios (loterías, apuestas de caballos, drogas, etc). Enfatizo que no hay experiencia más traumática ni más indeseable que caer bajo las órdenes de un Jefe de baja o nula moral.
__4. Descuido de la imagen personal: ¿Cómo esperas que tus subalternos se expresen con el debido protocolo y etiqueta, si tú como Jefe no das ese ejemplo?. Y, ¿qué tipo de autoridad puede haber en un Jefe que es descuidado en su forma de vestir y pretende luego llamar la atención de sus subalternos por sus trajes y calzados?. No hay nada más paradójico que ver un Jefe cuya presencia personal está muy por debajo de la mostrada por sus subalternos.
__5. Falta de lealtad a la empresa. Se observa en la falta de confidencialidad a los secretos profesionales de la empresa o sus intimidades contables, que determinan ventajas ante la competencia o ante otros terceros. Es muy común cuando el ocupante del cargo gerencial está siendo tentado por ofertas laborales de la competencia.
__6. Falta de consideración con sus subalternos. Hay Jefes que les importa muy poco si sus empleados están trabajando en malas condiciones, o si la carga de trabajo asignada es excesiva. Es el tipo de Jefe indolente y que es común en aquellos casos donde se nombran Jefes que no conocen las faenas propias de sus subalternos, porque no provienen de ascensos o porque son contratados por amiguismo con los dueños de la empresa.
__7. Falta de equidad. Se refiere a no apoyar al subalterno cuando su causa es justa pero odiosa para la gerencia. Es que tus subalternos apreciarán que puedas servir de vaso comunicante con la Alta Gerencia, respecto a problemas que los afectan y que pueda significar gastos para la empresa, como adquisición de materiales para la seguridad laboral, o el dictado de cursos para mejoramiento profesional.
__8. Abuso del cliché “el jefe siempre tiene la razón”. Ser Jefe no significa que sea infalible o que no tenga defectos. O que no pueda reconocer que su subalterno es quien tiene la razón. Esas conductas trogloditas se contradicen con el concepto de Liderazgo Gerencial que pese a la utilidad que aporta, aún es abono de polillas porque muchos gerentes o desconocen o son indiferentes a aplicar la teoría del Liderazgo.
__9. Falta de probidad. Echar las culpas suyas a los empleados, acusándolos de errores que él mismo comete, es una conducta anti-ética y cobarde que genera el repudio primeramente de tus subalternos, y luego del resto de los compañeros que ven semejante proceder como algo denigrante a la dignidad humana y profesional. Y más denigrante es aún la conducta pretendida de algunos Jefes de obligar a que sus subalternos se echen las culpas de los errores que el Jefe ha cometido; y créanme que esto no es cuento de camino, porque se ve tanto en la realidad como ves tú estrellas en las noches. En las llamadas empresas familiares, gerenciadas por todos los miembros de la familia, se ve la ocurrencia de esta situación tan detestable y humillante.
__10. No actualizarse tecnológicamente. Es muy grave esta característica, porque si bien el Jefe no se las sabe todas, tampoco se justifica que habiendo tanto recurso tecnológico, no se actualice en nuevas tecnologías o en conocimientos más adecuados al mejoramiento de los procesos en los que está involucrada su Unidad. Además no hay que subestimar el conocimiento de tus subalternos, que pueden estar al día con la tecnología, y eso obliga al Jefe a actualizarse.
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No dudo que pueda ampliarse este bosquejo de elementos de conductas impropias de un gerente que urgentemente requieren rectificación. Pero hice el mejor esfuerzo metodológico y racional para resumir mis apreciaciones en 10 ítems. Por vez primera en las publicaciones de este blog, acudo al uso de un recurso diferente al de la Administración, y me refiero al uso de apreciaciones relacionadas con Dios, lo cual además de novedoso también lo consideré oportuno, por lo expresado a lo que representa la Autoridad de Dios y el efecto reflejo aludido en el desarrollo de este tema.