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lunes, 6 de septiembre de 2010

10. ¿Motivación Cero?, ¿No será absurdo eso?;... Hum!.


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Si hay algo que es un prolífico contribuyente de casos y anécdotas, para someterlos al análisis y publicarlos en un blog, es el ambiente de trabajo. Pero para ser justo, quiero advertirles que no es precisamente una fácil travesía. Porque mucho de lo que se ha escrito y propuesto con la intención de mejorar el ambiente de trabajo, "le ha salido polillas en las páginas de textos de administración" y aún no se ve en la práctica, salvo casos aislados de grandes corporaciones. Realmente, cual siglo XVIII, todavía se ven actos arbitarios de jefes que humillan a sus empleados. Muchos de los post acá ofertados, ya han dado clara demostración de mi afirmación. Pero, les regalo una joya para el análisis y la reflexión. Sólo síganme en la lectura de este caso verídico que me fue suministrado para compartirlo con ustedes en este blog.
Creo que uno de los valores organizacionales más conocido, más irrefutable y más deseable, es el de "la motivación de los empleados". ¿Qué creen ustedes?, ¿estaré exagerando?; de verdad que me da curiosidad saber qué piensan, pero me es imposible. Para que busquemos un punto común nada más piensen en que ese "valor humano" nos ha acompañado toda la vida: se recuerdan de cuando mami los motivaba a tomarse la sopita dejándoles ver las comiquitas.
Planteado con sencillez, pero con certera objetividad. La motivación antes que ser un valor organizacional, es un valor "intrínsecamente humano", tan intrínseco como que el agua moja, donde el agua es la motivación y el mojar es lo intrínseco.
¿Habrá algún insensato que se atreva a negar la importancia de la motivación para cualquier ser humano?. Parece como que, si existiera alguien así, sería un extraterrestre o un desquiciado. De verdad, verdad, verdad, quisiera que algo tan obviamente expuesto, fuera igualmente tan obviamente visto en la realidad. Muy a mi pesar, les tengo una mala noticia: ¡no es así en la realidad!!!.
Me cuenta un señor que se desempeñaba como obrero de mantenimiento en un hospital público, que en una oportunidad tuvo una diferencia con su Jefe, que era precisamente el Director del hospital por el resultado final de un trabajo realizado, que originó palabras descalificadoras de parte del Director, a lo cual el obrero reclama diciendo:
Sr XXX, ese tipo de trato no motiva a nadie.
La respuesta recibida fue:
Yo no les pago para que estén motivados, yo les pago para que trabajen (se omiten las expresiones obcenas proferidas por el jefe, por razones obvias de respeto al lector y a nuestro amado idioma castellano).
El final no podía ser otro. El obrero de mantenimiento se sintió humillado, aplastado, y terminó dándose golpes con el jefe, para hacer respetar su dignidad personal, que significó su inmediato despido.
¡Plop!, quedé lánguido al escuchar esto. Es que yo no sería capaz de decirle a mi mascota, que no me importa su motivación porque yo soy quien le dá las galletas, olvidando, que ese fiel perro es quien cuida mi casa en las noches. Y, pensar que la utilidad económica y social de ese obrero, desdibuja la importancia de mi mascota. He allí el absurdo, sugerido en el título.
Por favor, luego de leer esto no corran a quemar sus libros de Desarrollo Organizacional. Ni a quemar los diplomas de aprobación de los cursos de "Motivación de Personal". De veras que no hace falta.
Empiezo por enfatizar: es un caso real, tan real como que lo están leyendo aunque les cueste creerlo. Definitivamente es una nueva infracción a las teorías de desarrollo de personal de empresas.
Hacer una disertación sobre Motivación de Personal, a un Jefe así, y ante tales circunstancias, es totalmente inútil. Creo que la paja que le dan a un burro resulta más beneficiosa, que la paja de motivación que desperdician jefes así, porque ese tipo de jefe es el que da origen al título de este post: Motivación cero, ya que lo que le importa es Trabajo al máximo, y ganancias antes que nada.
Lo anterior es algo que da origen a desafiantes pensamientos, que lleve a la revisión teórica de todo lo concerniente a Motivación de Personal, buscando preparar psicológicamente a una persona a enfrentar estas realidades "tan cruelmente reales" (perdonando la intencional redundancia), porque aún cuando jefes como el acá descrito, no motivan al empleado, resulta que una máxima de la psicología organizacional es que "todo empleado debe actuar motivadamente", y en este caso, la falta de motivación pasa a ser suplida por la mística personal, la cual te impulsa a dar siempre lo mejor así no lo merezca el jefe. Y, esto lo digo, porque tengo pasión por impactar positivamente a mis lectores, sembrando siempre la semilla de los mejores y más útiles tips de autodesarrollo y crecimiento personal. Quiere decir: jamás te recomendaría que siguieras el ejemplo de dicho obrero que golpeó (aunque merecidamente) a su jefe, sino que debes contar con la preparación emocional que te permita ver ese problema con una perspectiva más positiva, que es la única que te puede llevar de la mano al logro de metas fructíferas.
De hecho, googleando pueden hallar extensas explicaciones sobre Motivación de Personal. Pero en esos textos, jamás encontrarán algo semejante a lo acá expuesto . Y lamentablemente es lo que verán en la realidad cotidiana. Allí se hace inteligible aquello de que la realidad no es necesariamente semejante a la enseñada en los textos.
Se pretende con este post, plantear un urgente alerta a todo quien está en el área empresarial: si vieron injusto, o hasta absurdo lo que le ocurrió a ese obrero, entonces, que les sirva de espejo de cómo se ven ustedes cuando asumen decisiones y acciones que desdicen en mucho de lo que es la práctica de la Motivación de Personal: es decir se ven absurdamente injustos. Sólo recuerden que si un gato se mira ante un espejo, la imagen que se reflejará no es la de un león, aunque sean esas las intenciones del inflado ego del gato. El paralelismo es: "Si un jefe es injusto, el espejo ante los empleados no podrá reflejar una imagen distinta, aún cuando sean esas sus egocéntricas intenciones". De hecho, es tan delicado este asunto, que puedes hacer mil obras justas, pero una obra injusta, opaca a las otras mil, más aún, si es desproporcionadamente injusta.
Otro detalle, ni tan mínimo ni tan insignificante: este fenómeno de motivación cero, no se arregla tampoco cambiando empresas capitalistas por empresas socialistas, porque si ese fuera el caso, los médicos cubanos con los que hablé no hubieran estado tan ansiosos de trabajar en las empresas de salud de Venezuela. Porque un problema que compete al campo intelectual del "Desarrollo de Personal", no puede ser ni abordado, ni muchísimo menos resuelto, con el auxilio del instrumental teórico de la ideología; todo lo contrario: lo pondría no tan peor como lo están pasando los cubanos, pero si lo suficientemente mal, como para que no tengamos la tentación de escoger esa vía. Porque tal como debemos amar un ambiente laboral de motivación, así mismo debemos amar todo aquello que garantice el éxito y la prosperidad personal, porque como no todos somos iguales, ni hacemos igual uso de nuestros talentos, pues no todos llegan al éxito y la prosperidad, sin que esto indique que debamos nivelarnos a ellos por aquella falsedad de la "justicia social"; lo verdaderamente justo es prosperar en la medida de nuestras capacidades y oportunidades: ok, que quede claro, porque esa es la verdadera realidad desmitificada.
Para culminar. Te regalo este concepto para tus prácticas de Desarrollo Organizacional. Me atrevo a llamarlo: "Motivación Cero", que lo defino como ese tipo de relaciones, objetivamente observables en las empresas, que se suscitan entre empleados y patrono, caracterizadas por el desprecio o la negligencia a brindar al empleado un clima organizacional de apoyo e incentivos, por una visión patronal que no está interesada, o informada, de aplicar los principios motivacionales. No está contemplado dicho concepto en textos universitarios, por ser de mi inédita creación, pero lo dejo para el mejor uso que cualquiera desee darle, siempre reconociendo el origen de la cita y del concepto.
Sí es posible tener un clima organizacional que mantenga trabajando felices a todos los empleados. Con un poco de respeto y valoración a la dignidad humana, se puede lograr. Comentarios.jpg_WWW.TRABAJANDOFELICES.BLOGSPOT.COM

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