06. Cuando el Jefe no está.

La Psicología Organizacional plantea la necesidad del Compromiso Corporativo del empleado hacia la empresa. Significa su compromiso ético y volitivo de cumplir fielmente y con la mayor eficacia y eficiencia las funciones o tareas que le corresponden, para lograr un óptimo producto o servicio, de manera que se produzca retribución del entrenamiento recibido. Cuando hay compromiso corporativo en el empleado comprometido, no hace falta la presencia del jefe para que las cosas se hagan bien, además de que hay iniciativa personal y creatividad en el desempeño laboral. Pero también hay el empleado pirata, de bajo rendimiento, y que sólo trabaja cuando el jefe está presente, es el empleado descomprometido y falso, que genera costo a la empresa.

Cierta vez, escuché del caso de un obrero de mantenimiento, que sobresalía del resto de sus compañeros, por su permanente disposición a colaborar con todos sus compañeros, aún cuando no fuera su propio departamento, o estuviera fuera del horario laboral. Dicho señor se le podía ver arreglando las jardineras de la empresa, a las 4 de la tarde, cuando el sol estaba más fuerte, pero, a él lo movía un sentimiento de compromiso corporativo, que lo hacía incluso ignorar las ácidas y perniciosas críticas que lo hacían ver como un adulador de los jefes, por la sencilla razón de que sus compañeros de departamento no contaban con una inspiración semejante. Es que en esa empresa, cuando el jefe no está, "todo el mundo hace de las suyas": recitando el refrán popular. Estas situaciones se suscitan, primeramente por un abuso de confianza de los empleados, y en 2do. lugar porque no existe una medición de productividad, por lo que el desperdicio de tiempo laboral pasa desapercibido para la Gerencia. Es triste que cuando ese desorden existe, se propaga a otros empleados, quienes imitan esa conducta de ocio de sus otros compañeros. Es que los propietarios de empresa, por ahorrarse unos dólares que costaría un estudio de productividad laboral, pierde aún más en esos asiduos y hasta prolongados momentos de holgazanería de los empleados. Sin contar el pésimo aporte a la imagen corporativa que observan clientes y proveedores al ver tanto ocio laboral.
Lamentablemente en las empresas occidentales, a diferencia de las japonesas, no existe en los empleados una conciencia de lo que repercute para su empresa, el despilfarrar el tiempo útil de labor, que al largo plazo la hace poco rentable, exponiéndola al cierre. Y si queremos imitar a las eficientes empresas japonesas, recomendaría a los propietarios de empresa aplicar la metodología de los Círculos de Calidad, quienes al contar con equipos de mejoramiento continuo de los procesos productivos, harían un replanteamiento de procesos de forma que se minimice el desperdicio de tiempo útil.